Hoy de nuevo tocaba un rato de agua y elegí de nuevo un lugar diferente a mi zona habitual. El lugar seleccionado, estaría a priori bastante complicado por la pasadas lluvias. Tocaría agua turbia y justo lo pillaría con el mar un poco movido. Era jugármela porque posiblemente aún estaría bastante turbia pero si lograba ser de los primeros en pescar la zona después de la riada podría triunfar.
Al llegar, por la zona, se veía claramente el mar azul bien adentro, pero una mancha bien blanca en toda la franja de costa. Inspecciono la zona desde tierra y aprecio que el agua está bastante turbia, lo que me hace tener serias dudas de meterme. No obstante, parece que hay zonas que podría tener un metro de visibilidad y recuerdo que la jugada era jugársela con el agua turbia, ser el primero en probar a meterse.
No hay nadie dentro del agua pescando, fuera con cañas si. Me armo de valor y me enfundo el traje de neopreno. Una vez dentro del agua, empieza el periodo de adaptar la vista en un entorno tan turbio, además se complica la visibilidad con numerosos trozos e plástico negro pequeños, y diversos restos de las riadas. El escenario era el ideal para salir del agua. Al cabo de unos minutos, logro visualizar por fin algo de vi, unos peces diminutos, lo que aumenta mis esperanzas de ver algo decente.
Disminuyo la velocidad de avance y empiezo a reptar usando la mano libre, intentando mover lo mínimo las aletas. De repente pegado a mis gafas veo la primera dorada. Imposible disparar, pues la tengo pegada y no puedo retroceder el fusil tanto
, Aunque esta vez ni pude disparar el asunto se ponía muy interesante
.
Había que ser mucho más fino, aumentar el instinto depredador y poner en práctica los disparos rápidos sin apuntar.
Fue así como fueron cayendo las primeras doradas. Nada fáciles pero si mus satisfactorias.
Después de las doradas llego la zona de las lubinas que no defraudó para nada, para mi sigue siendo mi presa favorita.
